jueves, 16 de septiembre de 2010

ORACIÓN DEL SABADO

Oh Jesús! Hijo de María, Salvador del mundo! Que el Señor me sea favorable y me conceda una inteligencia clara y santa y una voluntad firme para tributarle el honor y respeto que le son debidos.

Nadie pudo poner sobre El la mano porque su hora aún no habia llegado.

Es el que ha sido, es y será siempre, Dios y Hombre, principio y fin. Que esta oración que le dirijo me preserve de los ataques de mis enemigos +Asi sea.

+Jesús de Nazareth, Rey de los Judíos y Redentor del mundo, Hijo de la +Virgen María, Madre Inmaculada, ten piedad de mi, pecador, que ante Tí se humilla, guiame según tu dulzura, por el camino de la salvación eterna y concédeme la dulce paz que ansío. +Asi sea

Cuando Jesús cumplía su misión redentora sobre la tierra, los sacerdotes judíos lo hicieron prender, y el Hijo de Dios, sabedor de cuanto había de sucederle, se adelantó y les dijo: "A quien buscais?" - "A Jesús de Nazareth", le respondieron - Y Jesús le contestó: "YO SOY" - Judas que debía entregarlo, entre ellos estaba, y dijo: "El es" - y todos cayeron en tierra.
- "A quien buscais?", volvió a preguntar Jesús. - "A Jesús de Nazareth", respondieron otra vez.
- "Ya os he dicho YO SOY", repuso Jesús, "y si es a mi a quien buscáis, dejad marchar a aquellos", dijo, señalando a sus discípulos.

La lanza, los clavos, la cruz, las espinas, la muerte que has sufrido, prueban, Señor! que has borrado los crimenes de los miserables.

Por las 5 llagas de tu cuerpo sagrado y por la traición del apóstol Judas, yo te pido, mi buen Jesús, me preserves de las emboscadas y traiciones de mis amigos y de mis enemigos, hasta la hora de mi muerte. +Amén.

+Jesús es la vida
+Jesús es la estrella
+Jesús ha sufrido
+El es la verdad
Por eso pasó entre ellos sin que nadie osara poner su mano sobre El, porque su hora no habia llegado.

+Yo os ruego, divino Jesús, tengais piedad de mi.

+Amen.



Estas siete oraciones son poderosas y de gran virtud para evitar toda clase de asechanzas y adversidades que pueden amargar nuestra vida. Son eficaces para deshacer cuantas calumnias caigan sobre nosotros, sirven para librarnos de las trampas y emboscadas de nuestros "amigos" y enemigos y asimismo para anular toda persecución injusta de que seamos victimas.
El mejor horario para recitarlas en su día correcto es al amanecer o en el ocaso.


Khristal

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